lunes, 27 de febrero de 2012

CUARESMA 2012


(escrito por Monseñor Fernando Chomali)

Si cada uno de nosotros nos dedicáramos verdaderamente a los demás y dejáramos de pensar tanto en nosotros mismos todo sería muy distinto.

Es notable lo que dice San Pablo en la carta que le dirige a la comunidad de Galacia: “Me amó y se entregó por mí”, haciendo, obviamente, referencia a Jesucristo. Su amor a cada uno de los hombres y mujeres del planeta lo llevó a entregar la vida. Allí se cumplió a cabalidad su condición de Hijo de Dios que se anonadó por cada uno de nosotros asumiendo nuestra condición humana para llevarla al Padre. Desde este acto tan sublime, tan noble, desinteresado y gratuito se entiende en profundidad el amor que Dios nos tiene y lo que nos cabe realizar en nuestra vida como seres humanos si queremos vivir dicha condición en plenitud.

Es verdadera y genuinamente cristiano quien da la vida por lo demás. Y lejos estamos de ello. A veces Dios nos regala personas que dan testimonio de ello que nos llenan de esperanza. Nombro al San Alberto Hurtado, Teresa de Calcuta y tantos otros. Hay católicos que se han dejado seducir por las distracciones que nos ofrece el mundo y se olvidan que la vida es para darla. Esa es la respuesta adecuada al amor que Dios en su Hijo Jesucristo nos ha dispensado.

Soy un convencido de que la pobreza en la que viven miles y miles de chilenos se superará si todos y cada uno de nosotros somos menos egoístas y miramos más la cruz como modelo de vida a llevar y como fuente de verdadera felicidad. Si cada uno de nosotros nos dedicáramos verdaderamente a los demás y dejáramos de pensar tanto en nosotros mismos todo sería muy distinto. Será en el gesto heroico del que prefiere dedicarle tiempo al necesitado y renunciar a sus propios gustos que se irá cuajando una nueva sociedad. Será en el salir de uno mismo y mirar más al otro en sus necesidades  reales que lograremos que muchos compatriotas salgan de la pobreza y tengan una vida digna. Ello es una exigencia del amor que Dios nos ha tenido.

Hoy más que nunca los invito a mirar la Cruz de Cristo. Los invito a contemplar este gesto sublime de donación, de perdón, de unión a los padecimientos del mundo, como la vía más eficaz de poder entender que hemos sido creados y redimidos para ponernos al servicio de los demás. Desde la Cruz, desde el amor inefable por cada uno de nosotros podremos contemplar realmente lo que significa el otro y sólo así pondremos todos nuestros talentos, todos nuestros recursos, todo lo que se nos ha dado al servicio del otro.

Este camino es arduo, muy arduo, porque hoy todo va en la línea contraria. Es en el consumo, sumado a una mirada materialista de la vida y centrada en el yo, dónde se va gestando la vida de muchos hombres y mujeres de nuestro país con un casi nulo interés por los demás. Sí, el camino de la donación es arduo, pero hemos de emprenderlo con urgencia si queremos un país más fraterno y justo. Si a las futuras generaciones les queremos dejar un mundo a escala más humana hemos de emprender el camino del desprendimiento. No hay otro camino.

Las políticas públicas a favor de los más necesitados nunca calarán lo suficientemente hondo si no van de la mano del compromiso firme, real, perseverante y concreto de hacer algo por los demás. Cuaresma es el momento privilegiado para ello. Cuaresma es el tiempo de reconocer que muchas de nuestras ilusiones, mucho de nuestros proyectos responden más a la lógica del poder, del placer y tener, que a la lógica de la entrega hacia los demás. Cuaresma es el tiempo de contemplar la pasión del Señor y vivirla en carne propia como fuente de redención y de resurrección. El amor de Cristo nos urge.

COMUNIDAD SANTA CLARA CONMEMORA UN NUEVO ANIVERSARIO DEL 27F ENCABEZADO POR MONSEÑOR PEDRO OSSANDÓN


Con una significativa celebración eucarística, la comunidad Santa Clara de Asís conmemoró el segundo aniversario del 27 de febrero recordando a las 8 víctimas pertenecientes a su sector. Todo esto acompañados por el Obispo Auxiliar de Concepción y autoridades locales y de Gobierno.

Con un templo repleto de fieles, familiares de las víctimas y vecinos del sector, monseñor Pedro Ossandón entregó palabras de esperanza y de consuelo en este aniversario que enluto a nuestro país hace dos años.

A esta conmemoración asistieron también el  párroco de Santa Cecilia, Germán Hermosilla, Sacerdotes y diáconos de la parroquia y el Decanato. A esto se sumaron algunas autoridades de Gobierno como el ministro de Vivienda y urbanismo, Rodrigo Pérez Mackenna; el intendente regional Víctor Lobos; el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, varios seremis, directores de servicios públicos, autoridades militares y de orden.

En las calles Gómez Carreño con Manuel Montt se dió inicio a este encuentro para iniciar una peregrinación por el sector afectado, dirigida por la imagen de la Virgen del Carmen Peregrina, la cual concluyó en el templo de la comunidad.

Monseñor Ossandón en su homilía entregó palabras de esperanza a las familias y los vecinos de Santa Clara y rescató el ejemplo de superación que reflejaron en estos dos años, porque lograron avanzar, rearmar sus vidas y levantar de la misma forma un nuevo templo que hoy además alberga y custodia la imagen de la Madre de Chile.

El Obispo recalcó también, a la luz del evangelio, que ningún esfuerzo es posible sin la ayuda de Dios; ya que sin él no somos nada.

Por otra parte instó de la misma forma a las autoridades presentes a seguir trabajando por suplir las necesidades que aún quedan pendientes, ya que las heridas del alma no se cierran fácilmente y ellos pueden darles la dignidad a las familias que aún siguen afectadas por la tragedia.

Finalizada la Misa, la comunidad invitó a los asistentes a quedarse en el templo para una pequeña vigilia en memoria de las ocho víctimas que esta tragedia natural les arrebató la vida.

Ellos son:

Alfredo Ramírez Henríquez; Rosa Del Carmen Azócar Espinoza; María Helena Hidalgo Mora; Arturito Alonso Arancibia Silva; Mario Segundo Obando Garcés; Clemira Del Carmen Berríos Riquelme; Bernardita Ximena Hormazábal Espinoza; Eduardo Del Carmen Suárez Figueroa.

A todos ellos este recuerdo.


martes, 21 de febrero de 2012

MONSEÑOR FERNANDO CHOMALI EXPRESÓ SU SOLIDARIDAD Y ORACIÓN A AFECTADOS POR TERREMOTO Y TSUNAMI F27

Su solidaridad y oración a todos los damnificados y habitantes de la región expresó el Arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomalí, quien entregó un mensaje especial al cumplirse dos años de del terremoto y del tsunami del 27 de febrero de 2010.


“A dos años del terremoto y del tsunami del 27 de febrero del 2010, que le costó la vida a tantas personas, que destruyó tantas casas, que echó por tierra el trabajo de toda una vida de tantas familias, que destruyó fuentes de trabajo de tantos hombres y mujeres de nuestro querido país y de nuestra querida Región del Bío - Bío, que ha causado y sigue causando tanto daño en tantas personas que aún no logran acceder a una vivienda digna o a un trabajo que les permita vivir dignamente,  quisiera expresar mi sincero afecto, toda mi solidaridad y toda mi oración a cada uno de ustedes. 

Cuentan con la Iglesia para todo aquello en que podamos servirles con el propósito de lograr lo antes posible volver a la normalidad. Soy consciente que las heridas son muchas, pero tenemos al que sanó al paralítico que también sanara las nuestras: Jesucristo. 

El terremoto ha sido un drama de una magnitud que aún no nos resulta fácil asumir. Sumado a ello está el dolor que han causado quienes se han aprovechado de esta situación para su propio beneficio. Urge sanar también esa herida pidiendo perdón y perdonando. 

Quisiera pedirles que todo el dolor acumulado no lo convirtamos en una fatalidad sino que en una oportunidad. Una oportunidad para trabajar con más ahínco por quienes lo necesitan. 

Una oportunidad para ser mejores vecinos, una oportunidad para comprender las responsabilidades públicas y políticas como una forma de servir, una oportunidad para hacer del la Iglesia una madre que acoge a todo hijo caído. 

Este es el tiempo de levantarnos, levantarnos con más fuerza para que nunca más un terremoto de este calibre nos encuentre desprevenidos. Es el tiempo de reconocer nuestra fragilidad, por cierto, pero también saber que hemos de prepararnos mejor para un evento de esta índole. Pero también es el tiempo de comprender que la vida es muy breve y que hemos aprendido que frente a esta fragilidad y brevedad sólo cabe amar, sólo cabe amar. 

Estoy cierto que las múltiples manifestaciones de afecto y de solidaridad que en medio del drama que muchos hermanos nuestros han vivido muestran que el corazón del hombre tiene aquella bondad originaria que el mismo Dios la dotó. Hagámosla relucir. Ese es el mejor testimonio que podremos dar de que nada ni nadie nos separará del amor de Dios, ni el peor de los terremotos. Cuentan con la Iglesia como madre y hermana en este camino pedregoso de la reconstrucción, que claramente está viendo luces que nos llenan de esperanza. Y de ellos nos alegramos y agradecemos a quienes generosamente han participado en ella. 

Que Dios los bendiga, los cuide, los guarde bajo su manto y les dé la paz. “ 

COMUNIDAD SANTA CLARA CELEBRARA EUCARISTÍA EN MEMORIA DEL SEGUNDO ANIVERSARIO DEL 27F



Como un homenaje a las víctimas del terremoto y posterior  tsunami que afectó a nuestro país la madrugada del 27 de febrero del 2010, la comunidad Santa Clara de Asís, realizará una Eucaristía encabezada por el Obispo Auxiliar de Concepción Pedro Ossandón.

La actividad se realizará con un pequeño recorrido por algunas calles del sector para luego finalizar en el templo de la comunidad en la Santa Misa acompañados también por el párroco de Santa Cecilia Germán Hermosilla.

Finalizada la Eucaristía la comunidad realizará una vigilia de oración hasta media noche.