viernes, 12 de agosto de 2011

MONSEÑOR CHOMALI: URGE ESCUCHAR A LOS JOVENES

Los jóvenes se sienten solos, poco apoyados, tratados como consumidores.

Las protestas, las tomas y las formas como los jóvenes se están manifestando en Chile y el mundo es el resultado de un malestar muy profundo que se anida en sus corazones. Ellos  están llenos de ideales y de sueños que se ven truncados a diario. Los signos de corrupción que vemos a diario, los escándalos sexuales y económicos de quienes han tenido educación y oportunidades en la vida, sumado a una pauperización de la vida familiar y a la dimensión trascendente de la vida, han impactado en los jóvenes y en su manera de mirar el mundo.

Urge una nueva forma de relacionarnos, una nueva forma de pensarnos a nosotros mismos y  la sociedad que queremos construir. En definitiva una nueva moralidad. Los jóvenes se sienten solos, poco apoyados, tratados como consumidores, como clientes teniendo acceso a la educación en la medida que tengan recursos. Muchas familias han quedado endeudadas de por vida para que su hijo pueda estudiar. La responsabilidad del Estado, de las universidades, de la sociedad en este campo es inmensa. Toda medida que lleve a que los jóvenes capaces tengan un acceso real a los estudios superiores, independiente de su situación social o económica es un gran paso.

La educación, el trabajo y la salud no son ni pueden ser tratados como una mercancía que se tranza en el mercado. Allí están contenidos, junto con la familia el alma de la sociedad. La búsqueda de la verdad, el respeto al enfermo y doliente, la posibilidad de trabajar y poder llevar una vida digna junto a la familia es hoy privilegio de unos pocos. Los gritos de los jóvenes en la calle es una gran denuncia.

Hay algo más. Los jóvenes no encuentran líderes que los ayuden a encontrar respuestas contundentes a preguntas muy de fondo que están presentes en sus vidas. Una de ellas es por el sentido de la vida. Los anuncios publicitarios los limitan sólo al tener, cuanto tienes cuanto vales. Ello no convence a los jóvenes. 

Es por eso que creo tanto en la labor de la Iglesia. El anuncio de Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida. Como Aquél que nos ama infinitamente por el solo hecho de ser, de existir y que nos invita a una vida centrada en compartirla con los demás, sin duda, que resulta muy atractivo y de gran valor para la sociedad.

Jesucristo en cuanto verdadero hombre y verdadero Dios es el único capaz de hacerle ver al hombre su dimensión trascendente y poner en la vida propia los acentos que valen realmente la pena. El anuncio de la prioridad de la ética por sobre la técnica, la prioridad de las personas por sobre las cosas y la prioridad del ser por sobre el tener, son los ejes desde los cuales podemos construir una sociedad más justa; una sociedad a escala humana.

Urge escuchar con atención a los jóvenes. Escuchar significa ponerse en su lugar. No puede ser que haya jóvenes discriminados injustamente por su lugar de procedencia. No nos olvidemos que más de 600 mil jóvenes entre 18 y 28 años no trabajan ni estudian y otros tantos viven sin esperanza. Preocuparnos de ellos es una urgencia.

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