domingo, 16 de octubre de 2011

LA VIRGEN DEL CARMEN MISIONERA YA SE ENCUENTRA EN LA COMUNIDAD SANTA CLARA, SU NUEVA CASA DESDE HOY

En una hermosa y solemne celebración litúrgica, presidida por monseñor Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, se realizó la acogida a la imagen de la Virgen del Carmen Misionera, en el emblemático lugar de Santa Clara, en Talcahuano, dañado por el terremoto y el tsunami del F27 de 2010.


“Virgen del Carmen, Virgen del consuelo, desde aquí, desde este modesto lugar que sufrió el dolor y la desesperanza y que ahora se levanta con fuerza, bendice a Chile y  acompaña nuestro peregrinar”, fueron las palabras de Mons. Ezzati al término de su homilía, previo a la dedicación del templo reconstruido y de entronización de la imagen, ceremonia que contó con la presencia de autoridades regionales, parlamentarias y de la comuna de Talcahuano. Una gran multitud siguió la celebración a través de una pantalla gigante en las afueras del templo.

La imagen, que estuvo custodiada por algunos días en la parroquia Santa Cecilia de Talcahuano, fue llevada a su lugar final y definitivo en la población Santa Clara, en una procesión que fue poco a poco convocando, en su trayecto, a un gran número de personas que  fueron saliendo desde sus hogares o que provinieron de los distintos sectores de la comuna.

En su camino a Santa Clara, la imagen de la Virgen recibió el homenaje de acogida en el hogar de Fundación Las Rosas y en el Colegio Santa Clara, donde se realizó un esquinazo por un conjunto folklórico de ASMAR y luego dos pequeños niños recitaron un hermoso poema dedicado especialmente a ella. Un grupo de ocho personas, representativas de la comunidad, transportaron finalmente a la Virgen hasta las afueras del nuevo templo, donde esperaban Monseñor Ricardo Ezzati, Monseñor Fernando Chomali, arzobispo de Concepción y Monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Concepción, además de toda la comunidad de Santa Clara.

En el acto habló el alcalde porteño, Gastón Saavedra, quien  dijo que Santa Clara es un lugar donde “sentimos el rigor y el dolor de la naturaleza, pero también el lugar de la esperanza. Es impensado que hoy estemos aquí con un profundo recogimiento espiritual, en el lugar donde, a lo mejor, nunca pensamos que nos íbamos a reunir. Ha llegado la Virgen; ha llegado la esperanza concreta; acá se ha erigido el templo donde la vamos a tener siempre; Santa Clara se convertirá en convertirá en un santuario del recogimiento y del agradecimiento a Dios”.

Hablaron luego los arquitectos que diseñaron el nuevo templo; Pablo Fuenzalida, director ejecutivo de la Fundación Emmanuel Acompaña, que aportó los recursos para financiar el proyecto y agradeció también el Pbro. Germán Hermosilla a nombre de parroquia Santa Cecilia, ya que en su territorio se encuentra la comunidad eclesial de Santa Clara. Acto seguido, Monseñor Chomali recibió los planos y las llaves del nuevo templo y él las entregó al P. Hermosilla y posteriormente, con su báculo de obispo tocó las puertas del templo para ingresar.

Monseñor Ricardo Ezzati recordó en su homilía, los días siguientes al terremoto y tsunami con una triste imagen de cómo quedó la población de Santa Clara. “Recorrí las calles llena de barro maloliente por los peces muertos. Vi dolor, sufrimiento y desesperanza. Hoy, en cambio, estamos llenos de gozo, porque podemos dedicar al Señor este lugar de esperanza y de consuelo. Estamos  llenos de gozo, porque dedicamos a Dios  y a la comunidad esta casa que es casa del Señor y  que es casa también del pueblo de Dios que camina  y peregrina en medio del dolor, pero también confortados por la esperanza que viene de su amor”.

“Quisiera,  de lo más profundo del corazón, dar gracias a Dios, porque de inmediato nació del corazón de la gente de este lugar, del  corazón de la Iglesia de la Santísima Concepción y del corazón de hermanos de otras comunidades eclesiales, el deseo de levantar, aquí, un signo de nuestra gratitud y esperanza”, agregó.

Agradeció profundamente la generosidad de la Fundación Emmanuel Acompaña. “Cómo no dar gracias a Dios, que ha permitido que tantos corazones generosos permitan hacer realidad este templo fuera una realidad; quisiera dar testimonio y agradecer la  vida de esta comunidad cristiana, que ha sentido que esta casa del Señor tenía que ser hermosa, bella,  ser digna de Dios y de la misma comunidad”, subrayó, recordando que  él pidió a la Conferencia Episcopal de Chile, el año pasado, que la imagen de la Virgen del Carmen Misionera, donada a Chile por el Papa Benedicto XVI , quedara en la comunidad de Santa Clara, de manera que se mostró muy agradecido. “Nunca  habría pensado que poco tiempo después, como presidente de CECH  habría tenido el gozo de instalar, de decirle a la comunidad, que aquí está su Madre, nuestra Madre, la Madre del consuelo”.

Expresó que la imagen estuvo en la plaza de San Pedro en Roma antes de venir a Chile y además recorrió grandes ciudades y estuvo en hermosas catedrales del país, pero  “sin embargo, la Virgen escogió estar aquí, en Santa Clara. ¿Por qué? Es la pregunta que nos hacemos con un corazón muy agradecido. ¿Por qué la Virgen quiso quedarse en Talcahuano, aquí en la población de Santa Clara? Porque ella es la madre del consuelo; porque ella  es una mujer de fe sencilla, que experimentó la pobreza y el dolor, porque ella  siempre quiere caminar cerca de quienes sufren. La Virgen no ha querido escoger grandes santuarios, grandes basílicas, ha querido quedarse aquí, pobre, en medio de los pobres , pero con un corazón grande, con la posibilidad  de donarnos lo más grande que podemos pensar, porque ella nos regala a su pequeño Hijo que tiene en sus brazos”.

Asimismo, Monseñor Ezzati dijo a la comunidad: “La Iglesia de Chile les confía a ustedes  esta imagen bendita que ha recorrido toda nuestra Patria; que ha bendecido a nuestro pueblo, que ha enjugado tantas lágrimas, que ha abierto la sonrisa en tantos labios. A ustedes se les confía este tesoro de la Iglesia de Chile, ella como madre de Jesús les enseñará, ciertamente, a amarse como hermanos, a fundamentar cada vez más su vida  en la fe de su Hijo, en su Evangelio”.

Junto con recordar que en su paso por Concepción, el año pasado, como arzobispo de esta diócesis, regaló a la Virgen un sencillo collar de piedra cruz, algo muy típico de la región, anunció la donación de su casulla para la comunidad. “Al terminar esta liturgia, quiero dejar de regalo a la Virgen y a la comunidad, la casulla que, en este momento, uso para la celebración de esta Eucaristía, como un signo y homenaje que este hermano quiere acompañar a la Virgen Santísima con su amor; le quiere agradecer todos los beneficios con que ha colmado a esta Iglesia de la Santísima Concepción y con que colma a toda la Iglesia de Chile”, concluyó.

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