La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.
Con un templo repleto de fieles se dio inicio al tiempo de Cuaresma, con la celebración litúrgica del Miércoles de Cenizas y la imposición de este signo en forma de cruz nuestra frente.
La Cuaresma es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
El párroco Germán dijo en su homilía que la cuaresma es un tiempo de renovación de la fe, que debemos encontrar por medio de la penitencia hacia el encuentro con Cristo.
Del mismo modo el padre Francisco Briones presidió ésta celebración en la comunidad San Pablo, donde se reunieron el resto de las comunidades del sector.
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