lunes, 28 de marzo de 2011

BENDICION DE LA REPARACION DE LAS OBRAS EN SAN MARTIN DE PORRES

El recién pasado domingo 27 de marzo, la Comunidad “San Martín de Porres” de nuestra Parroquia “Santa Cecilia”, recibió la visita   de nuestro Administrador Arquidiocesano, Monseñor Pedro Ossandón.

Dicha visita fue a raíz de la invitación hecha por la comunidad, a través de nuestro Párroco, Pbro. Germán Hermosilla, para poder bendecir las obras de reparación hechas en el templo de la comunidad ya mencionada.
              

En la oportunidad, Mons. Ossandón presidió la Santa Misa a las 11:00 hrs. en compañía del Pbro. Francisco Briones (vicario parroquial, Santa Cecilia) y del Pbro. Nino San Martín (formador Seminario Metropolitano de Concepción).
    

Mons. Ossandón manifestó la alegría de ver concretada la obra de reparación del templo, junto con la invitación de dejarnos inundar del agua viva de Jesucristo, expresada en el evangelio del encuentro con la samaritana.          
Finalmente, también quiso saludar, bendecir y enviar a nuestra querida hermana, Silvana Aranda, quien el próximo domingo 03 de abril, hará ingreso a las Carmelitas Descalzas.

sábado, 26 de marzo de 2011

INICIO DE CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN EN COMUNIDAD SAN ESTEBAN

 
Con un encuentro con sus padrinos, los jóvenes de la comunidad San Esteban iniciaron su preparación para su confirmación que celebraran en pocas semanas más.

Esto será la conclusión de poco más de dos años de preparación para recibir el sacramento de la confirmación, ceremonia que se llevara acabo en el mes de mayo.

Los jóvenes que se preparan son:  Cristian Cuevas, Vanesa León, Alexandra Vera, Diego Ramírez, Jennifer Navarrete, Daniel Díaz, Valentina Manríquez, Natalia Palma, Carol Pobrete, Sebastián Quiroz, Maria Jesús Hermosilla, Victoria Arias, Catequistas Tomás Neira y Cristian Ramírez, acompañados por su catequista la Sra. Guillermina Painiqueo.

Muchas felicidades amigos de San Esteban.

jueves, 10 de marzo de 2011

MIÉRCOLES DE CENIZA: POLVO ERES Y EN POLVO TE CONVERTIRÁS

La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

Con un templo repleto de fieles se dio inicio al tiempo de Cuaresma, con la celebración litúrgica del Miércoles de Cenizas y la imposición de este signo en forma de cruz nuestra frente.

La Cuaresma  es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.



La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

El párroco Germán dijo en su homilía que la cuaresma es un tiempo de renovación de la fe, que debemos encontrar por medio de la penitencia hacia el encuentro con Cristo.

Del mismo modo el padre Francisco Briones presidió ésta celebración en la comunidad San Pablo, donde se reunieron el resto de las comunidades del sector.

miércoles, 9 de marzo de 2011

COMIENZO DE CUARESMA

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

40 DÍAS

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.